Magellan - Nephalauxia II





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Después esa tarde mientras me preparaba para dirigirme de vuelta a mi dormitorio, Luí Zafe caminó hasta mi y me invitó a que me le uniera para la cena. Él tenía una gran cesta con pan, queso, fruta, vegetales, mi comida favorita, y vino.




"Quería enseñarte algunas formaciones rocosas," dijo él. "Podríamos mirar la puesta de sol."




“Eso me gustaría,” dije yo, y lo sentía también.




Él me llevó a un lugar donde había de aquellas piedras rectangulares arregladas como un círculo. El extendió la manta sobre el suelo, y entonces nos sentamos en ella y disfrutamos la comida y el vino y la puesta de sol.




En el fondo de la cesta había un objeto con agujeros en el. Él lo tomo, y lo puso en su boca, y entonces sopló contra los agujeros para hacer música. Él interpretó una melodía agradable, aveces repetitiva, aveces un reventón de felicidad.




La melodía cambió a algo tranquilo, casi reverenciante, y mire hacia arriba, pues parecía que había más luz viniendo del cielo. Parecía que la luz estaba viniendo de junturas que se estaban rasgando en el cielo, y mientras la luz se derramaba, parecía que la luz se convertía en agua brillante, fluyendo a través del cielo, con varios colores que cambiaban con la música. Cuando el dejó de tocar, el agua fluyó de regreso a traves de las junturas, como agua que baja por el desagüe. Y todo estaba oscuro otra vez.




“Hay poder,” dijo él. “Hay un cruce entre el tiempo y la temperatura, y hay un cruce entre el tiempo y el espacio. Hay muchas posibilidades, y la realidad es un río que fluye a traves de las posibilidades con la menor resistencia. Con suficiente energía, podemos apoderarnos de la esencia de la realidad, y cambiarla.”




“Así que tú puedes cambiar la realidad.”




“Y la tengo. Hay suficiente energía para que yo controle cosas en un área ligeramente más grande que el área de esta universidad.”




“Es el problema de la violencia un efecto lateral de estos cambios?




Él no habló por un minuto. Lo observé, y él no parecía molestó.




“No,” finalmente respondió. “No es un efecto lateral. La violencia es intencional.”




“Quieres decir que es planeada?




“Seria muy difícil para mi explicarlo en unas pocas palabras,” Él contestó. “Hay tantos aspectos de la realidad a evaluar cuando se hacen elecciones.”




“Suficientes para que nuestra seguridad, o la falta de ella, pueda justificarse?” Pregunté.




“En épocas previas, yo era de los pocos, la minoría, quienes sufrían...” El contestó. “Ahora, cada uno comparte el miedo equitativamente. Es necesario, para que al final, cada uno tendrá voluntad para cambiar, con el fin de detener el problema más grande es la vía mas rápida. Cada uno debe entender el verdadero horror del sufrimiento. Entonces nadie, y quiero decir NADIE será golpeado o despreciado por quien es o por a que grupo pertenece!” Había fuego en sus ojos mientras me miraba. Entonces sonrío. “Hay más, pero te he contado todo lo que te contaré hoy.”







Luí Zafe era malo, de eso estaba muy seguro. Estaba aterrorizado mientras caminaba por el edificio donde él trabajaba. Yo tenia de detenerlo, pero no sabía como. Quizás podría hablar con alguien quien trabajara con el y de alguna forma descifrar que maquinas suyas controlaban la realidad, y entonces destruirlas. Caminé dentro del vestíbulo con las maquinas de madera y los discos plásticos. Lucían viejos, sin importancia, y quizás esa era la manera de el de ocultar la verdad de su trabajo. Vi un gran tuvo de metal en al esquina. Estaba a punto de caminar hacia este cuando vi que una puerta de vidrio se abría al final del vestíbulo, pero nadie estaba allí. Sombras oscuras aparecieron a traves de la puerta, y entonces se materializaron en perros salvajes, mandíbulas abriéndose y entonces chasqueando se cerraron pero sin sonido, corriendo hacia me bajando por el corredor y justo mientras ellos me alcanzaron, se desmaterializaron en el aire, se fueron.





Permanecí allí temblando. El conocía todos mis pensamientos y por lo tanto todo mi plan. No había nada que yo pudiese hacer para oponérmele. Y él sabia que podría detenerme explotando mi miedo.




Corrí hacia afuera, y comencé a correr por el camino. Quería llegar afuera del área en la cual su poder controlaba la realidad. Probablemente el podría ver lo que yo estaba haciendo, pero yo tenía que intentar escapar. El atardecer se tornó en ocaso, y entonces era de noche. Y yo estaba corriendo en el camino, temiéndole a los perros.




Vi un fuego por el costado del camino, justo antes de que yo llegara a la ciudad de mi destino. Me detuve y miré, y entonces lo reconocí a él. Sentí miedo al principio, y entonces estaba muy cansado para tener miedo. Caminé y vi que él tenía un manto extendido, con comida y vino. Él no dijo nada mientras comimos en silencio, pero me observaba. Finalmente, cuando yo había terminado el pedazo de pastel, él habló.




“Quiero que tú te unas a mi, Manos” dijo. “Quiero compartir contigo mis planes, mis esperanzas, mi trabajo. Quiero que estés allí conmigo cuando nosotros hagamos contacto.”




“Contacto? Con quien?”




Los Ustedes.”




“Así que crees en la leyenda de los ‘Ustedes’?”




“Sí,” dijo él. “Veo cosas que no te puedo explicar ahora, pero es como observar un camino cortado a traves de un bosque, y darse cuenta de que alguien ha hecho el trayecto previamente. De acuerdo a nuestras leyendas, ellos dijeron que volverían. Dijeron que retornarían a nosotros cuando fuera el tiempo para el Juicio. Bien, quiero enviar un faro al espacio que diga “Regresen, regresen, es tiempo de que vuelvan.” Es el tiempo para que los creados alcancen y coquen el rostro del creador. Estoy seguro de que ellos eran responsables de alguna forma por nuestra evolución. Nuestro planeta no luce natural -- luce como el experimento de alguien. Que mejor prueba podemos darles de nuestro avance, que demostrarles que hemos llegado a ser maestros en el control de la realidad? cuando ellos vean que nosotros podemos cambiar el futuro, ellos tendrán que venir!”




Lo observé. Los costados de mi cara lentamente se tornaron en una sonrisa mientras continuaba mirando su malévolo, pero serio gesto. Yo sabía que quería estar con él, sabía que no me importaban mas cualquiera de mis previos recelos. Quería saber más de él. Quería su respeto.




“Estás conmigo?”




“Sí. Hasta el fin, mi amigo.”













“Si Manos pensaba que tu planeta parecía como el disparatado experimento de un científico loco, el debió haber visto el nuestro,” dijo Marisa.





“Me gustaría ver tu planeta.”




“Aun esperas que los Ustedes vengan?” Marisa preguntó.




“Oh sí. Tu llegada no ha hecho nada para cambiar mi creencia. Hay una cosa con la cual me siento mal,” Paex hizo una pausa.




“Que será?” preguntó Marisa.




“Cuando la gente encuentre que no son los Ustedes, ellos van a llamar a tu llegada la decepción del milenio.”




Marisa se río. “No había pensado en ello de esa manera, pero tiene sentido.”




“Marisa?”




“Sí, Paex?”




“Marisa, quiero estar contigo, hasta el fin.”




“Hasta el fin, mi amigo,” ella respondió.







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